Del dolor que se va.





 2.- Mashi y otros cuentos. 
       -Sí, estoy sufriendo, Mashi.  Pero no como tú crees.  Siento como si mi dolor se estuviera separando poco a poco de mi vida.  He tirado de él mucho tiempo como de una barca cargada, pero la maroma se ha partido y míralo como se ve flotando con todas mis cargas.  Lo veo a pesar de todo, pero ya no es mío.
       >>Oye Mashi, no he visto a Mani una sola vez en estos últimos días...
       -Jotín, déjame que te ponga otra almohada.
       -Casi me parece, Mashi, que también Mani me ha dejado, como esa barca cargada de dolor que se va a la deriva.
       -Anda, toma un poco de jugo de granada, hijo, que debes de tener seca la garganta.
       -Ayer hice mi testamento, ¿te lo enseñé?  No me acuerdo bien.
       [...]
 ________________________________________________________________




Comentario:


Dolores y alegrías llega un día en que se separan de nuestra vida, dejan de ser "vida presente" y se sienten casi ya como ajenas, vivencias del personaje que fuimos, por muy solidarios que nos sintamos de él. Tal como el dolor de Jotín en su lecho de muerte y la barca cargada flotando, que se ve, pero ya no se siente como propio.
Y esos dolores y alegrías y vivencias tiene su "biografía propia". Según el carácter de cada cual, según la profundidad de cada alma, o densidad y espesor de vida, formarán más o menos tiempo parte de nosotros. Hay quienes, como los pájaros sin memoria, el más leve soplo de viento o el más leve ruido, le hacen saltar el corazón, pero que a los cinco minutos, ya nada significa para ellos y queda como una línea más en el libro de su vida.